Un profesional puede llegar a presentar una o más de las siguientes fases cuando padece el síndrome de ‘burn out‘:
La primera etapa consiste en tratar de probar compulsivamente que el trabajador es bueno en lo que hace. En segundo lugar, el trabajador comienza a tomar más trabajo del que puede hacer, prescindiendo de la ayuda de otros, sólo para demostrar que es útil. La tercera etapa comienza cuando la persona deja de lado otras necesidades de la vida diaria y dedica menos tiempo a dormir o alimentarse.
La cuarta etapa llega cuando el trabajador se da cuenta de que tiene un problema, pero no es capaz de reconocer la causa; esto lo lleva a la quinta fase de aislamiento, donde la percepción se ve afectada y el trabajo comienza a ser la única prioridad. En la sexta etapa el trabajador se muestra intolerante y agresivo hacia las demás personas, por esta razón su capacidad para interactuar con los demás comienza a desaparecer.
En la séptima fase, el aislamiento comienza a minar al trabajador, que buscará otro tipo de desahogo a tanta presión, comenzará a sentirse desorientado y sin esperanza. En la etapa número ocho los cambios de personalidad son evidentes para sus compañeros de trabajo, familia y amigos. Posteriormente comenzará a perder su autoestima acompañada en la décima fase por una sensación de vacío y depresión e indiferencia hasta la undécima.
El resultado final es el síndrome en cuestión, y es que la persona ha terminado por colapsarse de manera física y emocional.
