Una relación laboral normalmente inicia con un contrato, éste determina lo que cada parte puede hacer o no en relación con la otra. Aunque por otro lado, los psicólogos se refieren a las expectativas que cada parte puede esperar de la otra al iniciar su relación laboral, como contrato psicológico.
Las expectativas implícitas de un trabajador pueden abarcar desde la espera de un trato amable y digno, a la posibilidad de un aumento en su salario por un buen trabajo. Por otro lado, las expectativas de la empresa son que el trabajador se comprometa con darle buenos resultados.
Se presenta una violación de ese contrato implícito, cuando una de las dos partes siente que la otra ha dejado la dinámica recíproca que mantenían, faltando a sus obligaciones. Como resultado, la parte afectada comenzará a disminuir la calidad de su desempeño, con una serie de resultados desfavorables.
Estar atento a las necesidades del trabajador, es una forma de establecer un ambiente laboral confiable para quienes interactúan en él.
