Gracias a diversos factores, en muchos países se ha generalizado el uso del maíz como alimento para el ganado.
Para un ganadero resulta más sencillo comprar el maíz a un productor; no sólo porque puede almacenarlo por largos periodos de tiempo, sino porque puede aprovechar todo el terreno para dedicarlo a la crianza del ganado. Olvidándose así del problema que implica mantener el forraje necesario para la alimentación de sus animales, aún en épocas de sequía.
Sin embargo, el maíz por sí solo no es óptimo para la nutrición del ganado, y es necesario complementar su alimentación con los cada vez más escasos forrajes verdes.
Es importante recordar la importancia que tiene para las condiciones climáticas el uso sustentable del suelo, ante el problema constante de la desertificación de la superficie agraria, a causa de las malas prácticas de cultivo y pastoreo.