La energía eólica no sería posible sin ayuda de la radiación solar y de varios factores como las irregularidades en la superficie del planeta. Estas irregularidades provocan que el aire se caliente más rápido en las zonas que reciben una mayor radiación. El aire caliente comienza a elevarse en consecuencia, desplazando el aire que se encuentra en las zonas de baja presión.
El movimiento constante del aire, producido por este efecto térmico en la atmósfera, es lo que nosotros llamamos viento. Pero el viento por sí mismo no puede proporcionarnos energía, se requiere del uso de otras herramientas para poder aprovechar su potencial.
Los aerogeneradores son mecanismos que aprovechan la energía cinética del viento para convertirla en electricidad, convirtiendo la energía mecánica producida por el movimiento de sus aspas, en energía eléctrica. Como la energía que producen no es completamente regular, es importante sincronizar la frecuencia de la corriente generada, con la frecuencia de la red eléctrica a la que está aportando energía.
Su funcionamiento no produce contaminantes por lo que la electricidad que generan es completamente verde y amigable con el medio ambiente.
