Puede que el principal atractivo de la bebida energética West Coast Chill no sea su sabor. Sino el hecho de que puede enfriarse a sí misma en cuestión de minutos, solamente presionando un botón.
Este sistema de micro enfriamiento utiliza dióxido de carbono para hacer funcionar su unidad de intercambio de calor. Técnicamente, al presionar el botón debajo de la lata, el dióxido de carbono se libera rápidamente, generando una rápida diferencia de presión entre la atmósfera y la unidad intercambiadora de calor, este proceso de desorción del gas, absorbe el calor de la bebida, evaporándolo hacia la atmósfera, reduciendo la temperatura en un lapso de tres minutos.
Según el sitio oficial, la tecnología detrás de esta bebida energética ha sido desarrollada durante diez años y es segura para el medio ambiente. Al menos eso es lo que afirma Roland Cliff; un especialista en el Análisis del Sistema Ambiental.
