Gran parte del actual éxito económico de Japón se remonta a dos periodos significativos de su historia: El correspondiente a la era Meiji (1862-1912) y el milagro económico de la posguerra.
¿Por qué la era Meiji? Japón fue una de las primeras naciones en Asia que comenzaron a industrializarse; gracias a las reformas inspiradas en el estilo de vida occidental, el gobierno de Japón contrató a tres mil occidentales para que enseñaran la ciencia moderna, las matemáticas y la tecnología. También crearon un entorno empresarial favorable para las empresas privadas.
Los astilleros y las fábricas eran construidas por el gobierno y después eran vendidas a los empresarios a un precio muy bajo. Esto originó que los negocios se convirtieran rápidamente en grandes empresas de gran presencia en su economía, conocidas como Zaibatsu. Cuatro de los más importantes Zaibatsu eran Mitsubishi, Mitsui, Sumitomo y Yasuda (¿Alguna les suena familiar?).
A pesar de que la Segunda Guerra Mundial devastó casi toda la economía japonesa, las bases establecidas durante la era Meiji contribuyeron al milagro económico de la posguerra, entre la década de los sesenta y ochenta. Los Zaibatsu tuvieron que desaparecer para convertirse en Keiretsu, una alianza de varias empresas con un interés en común que busca un reparto equitativo de las ganancias obtenidas.
La creación del Ministerio de Comercio Internacional e Industrial en 1949 también fue uno de los factores que apoyó directamente la investigación e inversión directa en el país. Tan constante fue su avance que a pesar de la crisis financiera mundial de 2008, Japón comenzó a tener una fuerte recuperación económica. Sólo el terremoto y el tsunami que azotaron este país en 2011 han frenado un poco su economía. Sin embargo, el gobierno japonés ya se encuentra evaluando sus estrategias para enfrentar estos obstáculos.
