En el año 2011 Singapur fue calificado como el mejor país para hacer negocios, aún más que Hong Kong y Nueva Zelanda. También fue considerado por el Foro Económico Mundial de Competitividad como el tercer país más competitivo, sólo detrás de Suiza y Suecia.
Esto fue posible gracias a que Singapur se convirtió en uno de los nuevos países industrializados de Asia. Entre la década de los sesenta y ochentas, la industria manufacturera fue capaz de atraer la inversión extranjera directa de muchas empresas multinacionales. Actualmente, Singapur es considerada una de las economías más avanzadas del mundo, destacando también en el ámbito de la tecnología.
Su modelo económico puede definirse como mixto, ya que sus políticas son de libre mercado (en Singapur, se puede abrir una empresa en tan sólo tres días, a diferencia del promedio mundial que es de treinta y cuatro días), aunque el gobierno trata de mantener la gestión sobre los recursos laborales, la tierra y el capital. Dicho de otro modo, tanto el gobierno como el mercado tienen papeles igual de importantes en el desarrollo económico del país. Por esta razón muchas personas han calificado al país como Singapur Inc. ya que parece estar administrado más como una corporación que como un país.
Sin embargo, parte de su éxito se debe precisamente a estas políticas del gobierno, que protegen la economía de las fluctuaciones del mercado global, sin dejar de ofrecer un régimen fiscal y empresarial favorable.
Singapur también ha comenzado a trabajar en la implementación de granjas verticales teniendo en cuenta la importancia de aprovechar mejor su espacio territorial.
