Coca-Cola anunció hace varios años que comenzaría a desarrollar botellas de plástico hechas totalmente con plantas. En este proyecto invirtió varios millones de dólares en investigación y trabajó en conjunto con tres empresas de biotecnología para acelerar la fabricación de PlantBottle, un envase fabricado a partir de materiales de origen vegetal.
La tecnología detrás de esta botella aprovecha los azúcares de origen vegetal, para convertirlos en una amplia gama de productos idénticos a los que son derivados del petróleo, como el bio-paraxileno, que es un sustituto del xileno utilizado en la fabricación de botellas PET.
Los acuerdos realizados con las empresas Virent, Gevo y Avantium; todas líderes en la búsqueda de alternativas al uso de productos fabricados a partir de combustibles fósiles, permitieron a Coca-Cola contar con su asesoría e investigación.
Desde su introducción al mercado en el año 2009, Coca-Cola ha distribuido más de diez millones de envases PlantBottle alrededor de todo el mundo (en productos como jugos refrigerados, o agua embotellada, ya que este material aún no es recomendable para bebidas carbonatadas). La empresa Virent está planeando construir una planta a principios de 2015 para producir estos materiales a gran escala.