A medida que las herramientas de fabricación digital se han ido perfeccionando, también han crecido las expectativas sobre el potencial de uso que guarda una de las más famosas tecnologías emergentes del 2012, nos referimos a la impresión en 3D.
Tan sólo el año pasado fue testigo de las nuevas aplicaciones para objetos fabricados con el uso de esta tecnología; desde prótesis pediátricas, representaciones a escala de objetos o personas, hasta piezas con características muy específicas, cuyo costo de elaboración por otros medios sería mucho más costoso.
Y es que es sólo cuestión de tiempo antes de que sea posible imprimir objetos interactivos en tercera dimensión; ya sea que interactuemos con ellos de forma visual o material. Por ejemplo, el plástico ha demostrado ser muy versátil, ya que los diseñadores han encontrado la forma de imprimir texturas tan diversas, así como materiales translúcidos.