Si estamos frente a la presencia de un problema capilar, lo más prudente sería consultar a un especialista, en lugar de utilizar cualquier producto que nos prometa algún cambio milagroso. Después de todo, en más de una ocasión el primer paso hacia un cabello sano puede comenzar en la siguiente comida. Dicho de otro modo, los alimentos que consumimos ayudan a fortalecer el folículo del cabello, lo que se traduce en un cuero cabelludo mucho más sano.
Una dieta centrada en los siguientes alimentos puede ayudar:
El salmón además de ser rico en proteínas y vitamina D, nos proporciona los ácidos grasos que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo. Alrededor del tres por ciento del cabello está compuesto por estos ácidos grasos; también se encuentran en las membranas celulares del cuero cabelludo y en los aceites naturales que mantienen hidratado al cabello.
Las nueces también contienen ácidos grasos omega-3, son ricas en biotina y vitamina E, esta última ayuda a cuidar el cabello del daño contra el sol, ya que protege a las células contra el daño en el ADN. La nuez también contiene cobre, mineral que mantiene el color y brillo natural del cabello.
La carencia de zinc puede conducir a la pérdida de cabello y pestañas, a tener un cuero cabelludo seco o escamoso. Un alimento rico en zinc son las ostras, que proporcionan una buena cantidad de proteínas. Después de todo, el cabello está compuesto en más de noventa por ciento por proteínas, y sin la cantidad necesaria, el cuerpo no podría regenerar el cabello que se pierde diariamente.
La papa dulce o camote es una gran fuente del antioxidante betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A. Básicamente todas las células del cuerpo no pueden funcionar sin suficiente vitamina A, sin mencionar que un cuero cabelludo bajo en vitamina A puede presentar picazón y caspa.
Notar los cambios en el cabello y en la piel puede tomar un poco más de tiempo cuando se sigue una dieta balanceada, pero las ventajas serán dobles.
