La ateroesclerosis, más comúnmente conocida como el endurecimiento de las arterias, puede tener consecuencias muy graves en el cuerpo, desde ataques al corazón hasta derrames cerebrales. Si bien existen medicamentos que eliminan algunas de las placas que obstruyen las paredes internas de las arterias afectadas, no todo el mundo está dispuesto a tomar medicamentos a menos que sea absolutamente indispensable.
Gracias a unos investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, las personas renuentes a ingerir medicamentos, podrían tener un par de opciones disponibles: los probióticos y los tomates genéticamente modificados.
Los tomates creados por el equipo que dirige David Geffen, fueron diseñados para producir un péptido (un compuesto de aminoácidos) conocido como 6F. Este péptido imita los efectos que tiene la ApoA-1, que es la principal proteína en las lipoproteínas de alta densidad (conocidas también como ‘colesterol bueno’).
Un grupo de ratones manipulados para ser incapaces de eliminar las lipoproteínas de baja densidad (o colesterol malo) de su torrente sanguíneo, y desarrollar ateroesclerosis, fueron sometidos a una dieta constituída en un dos punto dos por ciento por los tomates modificados. Los ratones no sólo mostraron niveles menores de inflamación arterial, también presentaron una disminución del ácido lisofosfatídico; sustancia que puede acelerar la acumulación de colesterol en las arterias.
Cabe mencionar que los ratones elevaron sus niveles de la enzima paraoxonasa, que es un antioxidante asociado con un menor riesgo de enfermedades del corazón. Esto hizo pensar a los científicos que el 6F es mucho más eficaz en apariencia, que la apolipoproteína que imita y puede ser administrada en los pacientes, simplemente con la ingesta de tomates en su dieta.
