El mundo occidental se enfrenta a tres asesinos silenciosos bastante conocidos: las enfermedades del corazón, los derrames cerebrales y el cáncer ¿Pero qué pasaría si sólo tuviéramos que tomar o comer algunas cosas simples para protegernos de ellos? Descubrir si esto es posible, es algo que el gobierno de Estados Unidos se propuso hace tres años.
El Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés) está financiando un estudio de veinte millones de dólares y cuenta con veinte mil sujetos de prueba. El objetivo principal es averiguar cómo la vitamina D y el compuesto Omega-3 influyen en nuestra salud. A pesar de que la información en otras investigaciones ha sido poco concluyente, cuando se trata de la prevención de derrames cerebrales, ataques al corazón o cáncer, el aceite de pescado con altos niveles de vitamina D y los ácidos grasos Omega-3 parecen los suplementos alimenticios ideales para complementar nuestra dieta.
Esta investigación es de las primeras en apuntar específicamente a la población afroamericana como sujetos de prueba, ya que debido al tono de su piel, su cuerpo produce menos vitamina D como resultado de la exposición solar. La hipótesis de los científicos es que puede haber una relación entre la deficiencia de vitamina D y las altas tasas de enfermedad cerebrovascular, cardiopatías y cáncer.
La duración del estudio llamado VITAL, se programó para llevarse a cabo durante cinco años. A pesar de esto, parece que tan sólo el reclutamiento de las personas que participarán en él ha durado desde el 2010 hasta el 2012 ¡Quién sabe! De comprobarse los beneficios de estos dos suplementos al final de la investigación, quizá podamos comenzar a tomar un poco más el sol y empezar a comer más sushi para prevenir el cáncer.
Sin embargo, no hay que olvidar que los estudios de esta magnitud suelen traer sorpresas magníficas o aterradoras.
