¿Qué tanto daño puede provocar una lata de refresco al día? Quizá no es algo tan malo, un pequeño obstáculo de ciento cincuenta calorías vacías (aquellas con un bajo o nulo aporte nutricional y un alto valor energético), que pueden quemarse con una caminata rápida de media hora. Aunque quizá haya más cosas en juego.
Un estudio publicado en la revista Diabetes Care, ha encontrado que las personas con el hábito diario de beber una o dos bebidas endulzadas con azúcar -incluídas las bebidas energéticas, los tés endulzados o aguas vitaminadas-, son veinticinco veces más propensas a desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con aquellas que no las consumen de esta forma.
Cabe señalar que beber una lata de refresco equivale a ingerir tres sobres de azúcar, sin mencionar el fósforo, elemento que favorece la descalcificación de los huesos. Otros estudios han demostrado que las bebidas azucaradas están fuertemente asociadas al aumento de peso, ya que el consumo de dichas bebidas hacen que el cuerpo convierta eventualmente el aumento de calorías en kilogramos.
El problema principal son los picos de glucosa e insulina en la sangre, ya que cuando una persona ingiere rápidamente una bebida endulzada y en grandes cantidades, la insulina se dispara en el torrente sanguíneo, dando lugar a la resistencia de insulina, la inflamación y la hipertensión; todos precursores de la diabetes.
Sin embargo, la diabetes tipo 2 no es el único problema, esta afición por el refresco también incrementa el riesgo de una enfermedad coronaria en un treinta y cinco por ciento. Por si fuera poco, la caries dental y el padecimiento de gota se suman a la lista de problemas. Esta podría ser una llamada de atención para todos nosotros, al reflexionar cuáles son los beneficios que obtenemos al tomar estas bebidas.
