En la bolsa de valores, existen dos factores principales que determinan el precio de las acciones. Por un lado está la información sólida acerca de las ventas, los ingresos y las ganancias; por el otro están los sentimientos que los inversionistas tienen al respecto. Desgraciadamente, son estos presentimientos o especulaciones los que tienden a conducir de forma errática los precios de las acciones a corto plazo.
A pesar de esta visión, en donde las predicciones no tienen cabida, la compañía Derwent Capital Markets afirma haber encontrado la forma de utilizar las redes sociales como Twitter, para obtener datos concretos en tiempo real que ayuden a los inversionistas a tomar mejores decisiones. Esta información se obtiene gracias a un algoritmo configurado para esta tarea, y puede consultarse en todo momento en la plataforma de la compañía.
Sin embargo, es importante preguntarse si esto realmente funcionará, ya que en primer lugar, las mediciones hechas en Twitter tendrían que realizarse dentro de un grupo específico de personas, que realicen tweets en el momento adecuado, acerca de las divisas o materias primas adecuadas. Sin olvidar que una herramienta funciona siempre y cuando sea utilizada solamente por unas pocas personas.
Twitter cuenta con más de quinientos millones de usuarios, de esos quinientos no todos son miembros activos y muchos menos son de los que realizan tweets de manera constante. Ahora bien, el número de inversionistas profesionales es aún más reducido. La precisión de este algoritmo dependerá del número de tweets, que algún tipo de acción o valor específico reciba en el momento que un inversor desee consultar esta herramienta.
La precisión de la herramienta siempre podrá variar, y en algunos casos por mucho; principalmente cuando su popularidad se generalice. Si fuera el caso, la ventaja que se ha previsto inicialmente desaparecería. Esto no es para menos, ya que es prácticamente imposible predecir el comportamiento del mercado por más de diez días, y mucho menos lo será esperar predicciones atinadas de millones de personas jugando al mismo juego.
No cabe duda que la economía y el mercado de valores, aún son sistemas sociales increíblemente difíciles de descifrar; quizá los datos de las redes sociales aún deban combinarse con otros análisis rigurosos antes tomar algunas decisiones comerciales.
