A medida que pasan los años, un estilo de vida activo es más importante que nunca. El ejercicio regular puede ayudar a aumentar la energía, mantener la independencia y controlar los síntomas de la enfermedad o el dolor. El ejercicio incluso puede revertir algunos de los síntomas del envejecimiento.
Gracias a la actividad física no sólo el cuerpo se verá beneficiado, también la mente, el estado de ánimo y la memoria. Sin importar que una persona esté saludable o padezca algún tipo de condición crónica como la diabetes, existen muchas maneras de mantenerse activo, de mejorar la confianza en sí mismo y mejorar el estado físico.
A pesar de esto, muchos adultos mayores se sienten desalentados por las barreras de acondicionamiento físico, tales como las condiciones de salud crónica y la inquietud de sufrir algún tipo de lesión o caída. Peor aún, las personas que nunca han hecho ejercicio, difícilmente sabrían por dónde empezar, sin mencionar que algunos problemas de discapacidad también suelen interponerse. Sin embargo, quizá el peor de los pensamientos se presenta cuando la persona cree que está demasiado vieja y frágil para mantenerse activa.
La verdad es que uno no puede permitirse el lujo de dejar de moverse. El ejercicio es la clave para mantenerse enérgico, fuerte y saludable a medida que se envejece. Sin importar la edad o la condición física, siempre habrá ganancias al hacer ejercicio.
La mejor parte, es que cosechar los beneficios del ejercicio no requiere de arduos entrenamientos o múltiples viajes al gimnasio. Se trata de añadir más movimiento y actividad a la vida, incluso en las cosas pequeñas.
Cabe resaltar que sin importar nuestra edad, consultar a un médico o especialista es esencial. Sólo él podrá ayudarnos a elegir el programa de actividades que mejor se adapte a nuestras necesidades.
