Evita comer como una forma de escape emocional

Comer por estres 01
Las personas no siempre comen simplemente para satisfacer el hambre. También recurren a la comida por comodidad, para aliviar el estrés o como una recompensa. Por desgracia, el apetito emocional no soluciona los problemas emocionales. Por lo general sólo provoca que quienes lo hacen se sientan peor, ya que en la mayoría de los casos sienten culpabilidad por haber comido en exceso.

Aprender a reconocer los factores emocionales que desencadenan nuestra alimentación es un primer paso para librarse de los antojos, de comer compulsivamente en exceso y eliminar los cambios de hábitos que hayan saboteado nuestras dietas en el pasado.

No es lo mismo dejar espacio para el postre a pesar de que uno esté satisfecho, que comer una gran cantidad de helado cuando nos sentimos mal. El apetito emocional consiste en utilizar los alimentos como una forma de sentirse mejor y llenar las necesidades emocionales, mucho más que para llenar las necesidades de nuestro estómago.

Usar la comida de vez en cuando como una recompensa o para celebrar, no es algo malo necesariamente. Pero cuando comer es el principal mecanismo de afrontamiento emocional y cualquier emoción negativa como el enojo, el estrés, el cansancio o el aburrimiento nos hacen abrir el refrigerador al primer impulso, significa que estamos atascados en un ciclo malsano donde el verdadero sentimiento o problema jamás es tratado.

Es importante saber que el apetito emocional no puede ser llenado con alimentos. Comer puede sentirse bien en el momento, pero los sentimientos que provocaron la acción todavía seguirán allí. El problema empeora cuando dejamos de lado el llevar a cabo formas más saludables de lidiar con las emociones, quedando cada vez más impotentes ante la comida y nuestros sentimientos.

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