Por desgracia, hoy en día la tecnología para algunos significa que el acoso no se limita a los patios escolares o a las esquinas fuera del colegio. El acoso cibernético o ciberbullying puede ocurrir en cualquier parte, incluso en casa, por correo electrónico, en mensajes de texto, usando teléfonos celulares y redes sociales, todo esto durante las veinticuatro horas del día, siete días a la semana, y con el potencial de que cientos de personas podrían estar involucradas.
Para aquellos que sufren el acoso cibernético, los efectos pueden ser devastadores, haciendo que se sientan heridos, humillados, enojados, deprimidos e incluso orillados al suicidio. Pero ningún tipo de intimidación debe tolerarse jamás. Esta información puede ayudar a proteger a nuestros hijos o a nosotros mismos para hacer frente al creciente problema del acoso cibernético.
Este acoso ocurre cuando un niño o un adolescente usa el Internet, correos electrónicos, mensajería instantánea, los sitios web, las redes sociales, los foros en línea, las salas de chat u otra tecnología digital para acosar amenazar o humillar a otro niño adolescente. A diferencia del bullying tradicional, el acoso cibernético no requiere de fuerza física o el contacto cara a cara y no se limita a un puñado de testigos a la vez.
Los acosadores vienen en todas formas y tamaños, casi cualquier pesona con una conexión a Internet o un teléfono móvil, puede acosar a otra persona, a menudo sin tener que revelar su verdadera indentidad. Estos acosadores cibernéticos pueden atormentar a sus víctimas las veinticuatro horas del día en cualquier lugar, haciéndolas sentir inseguras aún en su propia casa.
Si usted o un ser querido es actualmente víctima de acoso cibernético, es importante recordar que no está solo. Al menos la tercera parte de los adolescentes han sufrido acoso cibernético en algún momento de sus vidas.
