En los casos de depresión, puede llegar el momento en que todo se vuelva tan abrumador que la persona comenzará a pensar que nada tiene solución. En ese momento, la persona puede dañarse a sí misma o a otros. Por esta razón es necesario buscar ayuda de inmediato. Sin embargo, pedir ayuda cuando uno se encuentra en el medio de emociones tan fuertes, puede ser realmente difícil.
Para muchas personas, hablar con un extraño es más sencillo, y en muchos países existen líneas dedicadas a atender gratuitamente a las personas que están pasando por una crisis depresiva. No obstante, la mayoría de las personas no están listas para hablar con alguien. Mientras eso sucede, se pueden seguir algunas sugerencias para sobrellevarlo.
Por ejemplo, pensar que siempre hay otra solución; incluso si no puede ser apreciada inmediatamente. Muchos niños que han intentado suicidarse (y sobrevivieron) lo hicieron porque creían que no había otra solución a un problema que estaban viviendo. En ese momento, ellos no podían ver otra salida, pero en verdad no querían morir. Sin importar lo mal que uno se sienta, debemos recordar que estas emociones pasarán.
La depresión puede hacer que una persona piense o sienta que las cosas están fuera de lugar, esto incluye los pensamientos de hacerse daño a uno mismo o a otras personas. Nadie debe juzgar o condenar estos sentimientos cuando la persona es lo suficientemente valiente como para hablar de ellos. Si estos sentimientos son incontrolables, insistir en tomar un periodo de veinticuatro horas para pensarlo mejor puede darnos tiempo para tomar distancia de esas emociones. Durante este periodo es recomendable hablar con alguien, siempre y cuando no se trate de otra persona deprimida o con tendencias suicidas.
Por encima de todo, deben evitarse los actos que puedan causar daños permanentes o la muerte de uno mismo u otros. Recuerde, el suicidio es una solución permanente a un problema temporal. La ayuda siempre está disponible, sólo es necesario dar el primer paso hacia ella.
