La actividad en Facebook podría ser un indicador de la salud psicológica, cuya información sería utilizada como una herramienta por los terapeutas y psicólogos.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Missouri y publicado en el Diario de Investigación Psiquiátrica, reveló que los perfiles presentes en los medios sociales pueden proporcionar información sobre la salud mental de los pacientes.
A medida que los sitios de redes sociales como Facebook, se están volviendo cada vez más populares y se convierten en el principal medio para la socialización y la comunicación. También se ha establecido que hay un aumento de su uso por personas con trastornos del espectro esquizofrénico, aunque se conocen pocos detalles sobre su magnitud.
Dicho de otra forma, los terapeutas podrían utilizar la actividad de los medios sociales para crear un cuadro más completo de sus pacientes. El atractivo de la actividad en los medios sociales como herramienta de diagnóstico psicológico es que elimina algunos problemas asociados con los cuestionarios de autoevaluación.
Por ejemplo, los cuestionarios a menudo dependen de la memoria de una persona, que puede o no ser exacta. En cambio, al pedirles a los pacientes que compartieran su actividad de Facebook, pudo apreciarse que se expresaban de manera más natural.
Gracias a un estudio realizado con un grupo de voluntarios, pudo apreciarse que algunos de ellos presentaron ezquizotipia, que es una variedad de síntomas que van desde el aislamiento social hasta las creencias poco comunes. Como era de esperar, varios participantes mostraron señales de una condición llamada anhedonia social, que es la incapacidad de encontrar la felicidad en las actividades normalmente placenteras, tales como interactuar y hablar con los compañeros.
Dichas personas eran más propensas a tener menos amigos en Facebook, comunicarse con menos frecuencia, compartir menos imágenes y a tener un perfil más largo en Facebook. La anhedonia social también se relacionó significativamente con la extraversión. Además, la extraversión fue un predictor de la cantidad de fotos, amigos y la longitud de tiempo desde la última comunicación con un amigo. Por otro lado, una actividad excesiva de datos privados también se relacionó con un mayor nivel de paranoia.
