Científicos desarrollan nanoesponjas capaces de absorber las toxinas en la sangre

Nanoesponjas sangre
Si algo nos ha enseñado el cine en un sinnúmero de películas, es que la mejor forma para absorber el veneno de una mordedura de serpiente, es succionándolo con la boca directamente de la herida. Sin embargo, estas situaciones se habrían solucionado fácilmente, gracias a una investigación reciente, llevada a cabo por los científicos de la Universidad de California en San Diego.

Ellos han desarrollado unas diminutas esponjas que imitan a las células rojas en la sangre, y son capaces de absorber toxinas letales -incluyendo el veneno de las serpientes- y bacterias del torrente sanguíneo. Las nanoesponjas se componen de un núcleo de polímero biocompatible, que está revestido con segmentos de membranas de las células rojas, provenientes de la sangre del huésped. Este revestimiento engaña al sistema inmunológico, que identifica a las esponjas como células rojas, evitando que sean atacadas por el propio cuerpo.

Debido a que cada nanoesponja es tres mil veces más pequeña que un glóbulo rojo, la membrana de una sola célula, proporciona suficiente material para recubrir a miles de esponjas. Cuando se inyectan en el torrente sanguíneo, las nanoesponjas atraen a las toxinas formadoras de poros, de la misma forma en que lo harían las células rojas de la sangre. Estas toxinas se producen no sólo por el veneno de la serpiente o los insectos, también por las bacterias como el estafilococo dorado resistente a la meticilina y la E.Coli, que matan a las células perforando sus membranas externas.

Por esta razón es que la cantidad de nanoesponjas que se inyectan terminan por superar en número a las células rojas en la sangre. Esto resulta en que la mayoría de las toxinas acaban por adherirse a las esponjas, dejando la mayor parte de las células de la sangre libres. Esas esponjas cargadas de toxina son transportadas al hígado, donde tanto el polímero como las toxinas se metabolizan de forma segura sin producir efectos nocivos en el cuerpo.

En las pruebas de laboratorio, el ochenta y nueve por ciento de los ratones que fueron expuestos a dosis letales de la toxina alfa-hemolisina (proveniente del estafilococo dorado) sobrevivieron; esto en los casos donde las nanoesponjas fueron inoculadas antes que la toxina. No obstante, esa cifra se redujo a cuarenta y cuatro por ciento cuando las esponjas fueron inyectadas después de la exposición a la toxina.

En comparación con otros compuestos antitoxinas, que deben ser preparados con el fin de absorber toxinas específicas, las nanoesponjas son capaces de neutralizar una variedad de toxinas en su forma existente. Según el profesor Liangfang Zhang, encargado de la investigación, ahora se están planeando nuevos ensayos clínicos para probar la eficacia de las nanoesponjas.

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