Después de la maravillosa experiencia del embarazo, a la mayoría de las mujeres y a los padres no les vendría mal un poco de esparcimiento y ejercicio en general. Por esta razón, se ha lanzado al mercado una suerte de cochecito para bebé, que no sólo se limita a ser usado como ariete en los centros comerciales ni para ganar el paso entre una multitud.
Esta pequeña carriola tiene una plataforma que puede extenderse para transformarla en un patín, esto permitirá convertir al famoso transporte de bebés en un vehículo para sus padres. Antes de que muchas personas comiencen a gritar “¿Alguien, por favor, quiere pensar en los niños?”, no debemos descartar que el Roller Buggy cuenta con un sistema de frenado hidráulico, hecho especialmente con dos discos de freno para moderar o detener la velocidad del cochecito.
Por lógica, este vehiculo viene equipado con un cinturón de seguridad para que el pequeño no salga por los aires al pisar el freno. Los fabricantes sólo recomiendan usar al Roller Buggy con niños de un año y medio en adelante, fijando una velocidad recomendada de quince kilómetros por hora. Algo que podría ser difícil de cumplir cuando se viaja cuesta abajo.
Dependiendo del conductor, las madres podrán estar seguras de que su hijo vaya feliz por las calles o lleno de temor. A pesar de que este invento parezca el sueño de cualquier padre irresponsable, el Roller Buggy obtuvo el tercer premio en el onceavo Concurso Internacional de Diseño de Bicicletas en Taiwán.
Para fortuna de muchos, el asiento de bebé puede ser removido para utilizarlo únicamente como patín. Hasta ahora, sólo se ha construido un prototipo, por lo que algunos padres tendrán que esperar para convertir a su bebé en un adicto a la adrenalina. Cabe mencionar que esta no es la primera propuesta para convertir un objeto de uso común en un medio de transporte.
