La palabra alopecia se refiere a cualquier tipo de pérdida de cabello, ya sea por el adelgazamiento del mismo, o la presencia de zonas calvas en cualquier región del cuerpo con vello. A pesar de esto, la mayoría de las personas generaliza la palabra calvicie como la pérdida de cabello sólo en el cuero cabelludo.
La alopecia areata en la mayoría de los casos se considera un proceso normal del envejecimiento y no una enfermedad. Por desgracia, al no ser considerada como una amenaza para la vida, muchos médicos tienden a ignorarla. Sin embargo, esto es lamentable, ya que la pérdida de cabello puede causar problemas graves en algunas personas y tener algunos efectos psicológicos de largo alcance.
En algunos casos, la pérdida de cabello puede ser una consecuencia de algún tratamiento médico, especialmente los medicamentos para combatir el cáncer, que provocan una pérdida generalmente temporal. Cabe resaltar que existen varios tipos de alopecia, pero en esta ocasión, sólo enunciaremos una de las principales:
Como ya se dijo: la alopecia areata se caracteriza por la pérdida de cabello en una o varias partes del cuerpo. Durante su fase inicial tiende a causar ‘manchas’ calvas en el cuero cabelludo y sólo en un pequeño porcentaje de las personas suele extenderse a todo el cuero cabelludo, o incluso el cuerpo. Aproximadamente el cero punto uno por ciento de los seres humanos se ven afectados por este padecimiento, que se presenta tanto en hombres y mujeres, pero es más común entre las mujeres.
La mayoría de las personas que desarrollan alopecia areata son personas aparentemente sanas y no tienen problemas de la piel. Cuando esta ocurre, suele comenzar durante la adolescencia tardía, la primera infancia o la edad adulta temprana. No obstante, puede ocurrir en cualquier edad. La alopecia areata no es contagiosa. Se encuentra con mayor frecuencia en personas que tienen un familiar cercano que la padece o la ha padecido. Incluso las personas que tienen un pariente cercano con algún tipo de enfermedad autoinmune son más propensas a desarrollar alopecia areata. Por esta razón es que la mayoría de los expertos creen que se trata de una enfermedad autoinmune, o dicho de otro modo, una enfermedad donde nuestro organismo ataca las partes saludables del cuerpo como si fueran agentes patógenos o cuerpos extraños. En este caso, el cuerpo ataca sus propios folículos pilosos.
Algunos estudios indican que las células T o linfocitos T se agrupan alrededor de los folículos atacados, causando inflamación y la pérdida del cabello. Los investigadores piensan que los factores hereditarios son sólo una parte de lo que puede desencadenar la enfermedad, aunque todavía no están seguros de cuál es la otra parte. Algunos sospechan que puede ser el estrés emocional o un patógeno producido por un virus, una bacteria u otro microorganismo.
Como parte de los síntomas, el paciente puede llegar a sentir un hormigueo, o incluso un ligero dolor en las áreas afectadas. La buena noticia es que en algunos casos, esta enfermedad puede llegar a desaparecer por algunos periodos de tiempo o incluso para siempre.
