Científicos estadounidenses lograron desarrollar una vacuna contra el cáncer de ovario

Vacuna cancer ovario
Los delegados que estuvieron presentes en una conferencia en los Estados Unidos, fueron los primeros en escuchar los primeros resultados de un ensayo para desarrollar una vacuna personalizada contra el cáncer de ovario. Esto ofrece una nueva esperanza para el gran número de pacientes que recaen después de someterse a un primer tratamiento.

Los investigadores de la Facultad de Medicina de Perelman en Pensilvania, dijeron que tres cuartas partes de los pacientes involucrados en esta segunda fase del ensayo, recibieron la nueva inmunoterapia y parecían responder al tratamiento; incluyendo a un paciente que logró una remisión completa del cáncer.

Esta estrategia inmunoterapéutica consta de dos pasos. El primero es la vacunación de las células dendríticas y el segundo consiste en la terapia adoptiva de células T. Esta es la primera vez que se utiliza tal combinación de inmunoterapia en los pacientes con cáncer de ovario. El beneficio mostrado por la terapia compuesta fue de un setenta y cinco por ciento.

El cáncer de ovario suele ser llamado ‘el asesino silencioso’ porque es difícil de detectar en sus primeras etapas, de manera que al ser diagnosticado las posibilidades de supervivencia no son muy buenas, en comparación con muchos otros tipos de cáncer. Es más, los síntomas a menudo se confunden con otros trastornos como el estreñimiento, la hinchazón, el aumento de peso y orinar frecuentemente. Por desgracia, más del sesenta por ciento de los casos no se diagnostican hasta que el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo, reduciendo considerablemente las posibilidades de curación.

La idea de la vacuna es utilizar las propias células tumorales del paciente para enseñar al sistema inmune cómo atacar el tumor. En primer lugar se obtienen las células tumorales vivas, después se aíslan las células dendríticas de la sangre en el paciente, usando un método conocido como aféresis. Estas células dendríticas forman parte del sistema inmune, y son las encargadas de transmitir información a las células B y a las células T cuando existe algún invasor potencialmente dañino en el cuerpo.

Para preparar la vacuna, los investigadores exponen las células dendríticas del paciente a las células tumorales vivas recogidas del paciente. Posteriormente, cada paciente recibe una dosis de tratamiento para desarrollar una respuesta antitumoral. Los pacientes que no logran responder a esta primera versión de la vacuna, son sometidos a una inyección compuesta por sus propias células T (que previamente fueron multiplicadas y estimuladas en un laboratorio).

Sin duda esto acerca a los especialistas a una nueva manera de tratar este y otros tipos de cáncer en las personas.

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