Hay una serie de pasos que se pueden tomar para mantener el uso de Internet bajo control. Aunque es importante mencionar que al mismo tiempo que una persona sigue estos pasos, también busque cierta ayuda de un profesional. Ya que puede ser muy fácil volver a caer en los viejos patrones de uso, especialmente cuando se utiliza el Internet en gran medida por el trabajo u otras actividades importantes.
Reconocer los problemas subyacentes podría ser de gran ayuda para dejar la adicción al Internet. Cuando una persona está luchando contra la depresión, el estrés, o la ansiedad. La adicción a Internet estaría funcionando para calmar esos sentimientos incómodos.
Si la persona ha tenido problemas con el alcohol o las drogas en el pasado, podría ser que algo acerca del uso del Internet, le recuerde a la sensación de adormecimiento que provoca beber. De ser así, quizá considere hacer frente a un tratamiento en estas áreas o regresar a las reuniones de su grupo de ayuda.
Tal vez desahogarse en Internet es una manera de lidiar con el estrés o los sentimientos de enojo. O tal vez la persona en cuestión tenga problemas para relacionarse con los demás, (en los casos más sencillos, puede ser un caso de timidez excesiva). Aquí será importante desarrollar habilidades para afrontar el estrés y las tensiones de la vida diaria sin tener que recurrir al uso compulsivo de Internet.
Mientras más relaciones tenga una persona en la vida real, menor sera la necesidad de utilizar Internet para buscar interacciones sociales. Es importante dedicar un tiempo específico cada semana a los amigos y la familia. Si hay timidez de por medio, es de gran ayuda buscar grupos de interés común, tales como un equipo de deportes, clases de algún tipo o algún club de lectura. Todo esto permitirá que las personas interactúen con los demás, dejando que las relaciones se desarrollen naturalmente.
Para tener una referencia del tiempo que uno pasa en Internet, es recomendable llevar un registro de la cantidad de tiempo que se utiliza para actividades no laborales o que no sean esenciales. Esto puede ayudar a identificar si existen factores desencadenantes en el día, que provoquen a la persona a mantenerse en línea durante horas cuando sólo había planeado quedarse unos minutos.
Intercambiar el uso de Internet por otras actividades como ir a comer con un compañero de trabajo, tomar una clase o salir a caminar, puede ser de mucha ayuda para resistir el impulso de volver a estar en línea. Lo importante es hacer un compromiso para apagar el ordenador, el teléfono o dispositivo móvil a la misma hora todos los días.
