El Departamento de Defensa de Estados Unidos, tiene una buena razón para financiar la investigación en extremidades biónicas avanzadas, de hecho, tiene miles de razones. En los últimos años, dos mil hombres y mujeres han perdido un miembro, mientras realizaban operaciones militares. Sin mencionar que hay muchas personas ajenas a la milicia que han visto alguno de sus miembros amputados.
Dicha investigación protésica, trata de proporcionarles un rayo de esperanza a todas las personas (civiles o militares) a través de una tecnología que combina los dispositivos protésicos con la actividad neuronal en el cerebro.
Por fortuna, los médicos y científicos han llegado bastante lejos, ya que han sido capaces de manipular un brazo protésico a través de los pensamientos.
Después de amputar una extremidad, los nervios aún pueden disparar impulsos como lo hacían antes, sólo que estos ya no tienen un destino al cual llegar. Ahora bien, los médicos pueden reconectar las terminaciones nerviosas a diferentes músculos en el brazo. Así, cuando el paciente piensa en mover la mano, el codo o la muñeca, el viejo grupo de nervios se activan con normalidad. Es entonces cuando una computadora aprende a reconocer varios patrones de contracción muscular, a manera de comandos, que le permiten realizar movimientos particulares.
La técnica se ha utilizado con éxito en piernas y brazos amputados. Y tal vez, lo mejor de todo, es que esta tecnología es mínimamente invasiva y no requiere de un implante cortical. En el siguiente video, se puede apreciar la complejidad de los movimientos realizados por un hombre, usando su prótesis:
