Todo el tiempo se nos ha exhortado a pensar positivamente, a ver el vaso medio lleno incluso cuando nos encontramos bastante deprimidos, y estos aspectos no sólo se limitan a la cultura. Después de todo, la idea de que basta pensar en una cosa o desearla para que ocurra, es una suposición bastante atractiva.
Sin embargo, exigirle a un trabajador que sea positivo ante un despido o al pedirle que se adhiera a la cultura de contratos a corto plazo, podría ser una forma de pedirle que sea una persona que sonría con frecuencia, que no se queje ni sea demasiado crítica y que acepte con gratitud lo que su jefe le exige. Todo esto con la finalidad de convertirlo en un ‘buen jugador’.
Por otro lado, estas personas tienen cada vez menos poder para trazar su propio futuro. Y el ‘pensamiento positivo’ se convierte poco a poco en un sistema de creencias en donde basta con dominar nuestra propia mente para ser infinitamente exitosos. No obstante, tomar medidas contra las amenazas que enfrentamos es una forma de comenzar a crear realmente un pensamiento crítico.
El siguiente video nos presenta una profunda reflexión al respecto, ya que no trata de promover un apego romántico al sufrimiento como una fuente de conocimiento o virtud, por el contrario, hace un llamado a recobrar el sentido común. Enfrentando las adversidades con algo más que buenos deseos.
