La diabetes ha alcanzado proporciones epidémicas en los Estados Unidos y muchos otros países de todo el mundo. Y a diferencia de la forma adquirida más común de diabetes, la diabetes de tipo 1 no tiene prevención ni cura.
Los enfermos simplemente no producen insulina, que es la hormona excretada por el páncreas para procesar la glucosa en el cuerpo. Los pacientes están destinados a seguir constantemente sus niveles de azúcar en la sangre con pinchazos y a inyectarse insulina sintética.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), emitió recientemente su aprobación por primera vez, a un páncreas artificial que puede hacer la vida más fácil y saludable para estos pacientes.
El dispositivo, fabricado por Medtronics, se basa en un algoritmo de ordenador para sincronizar los resultados de una lectura continua de los niveles de glucosa del usuario con una bomba que proporciona cantidades adecuadas de insulina.
Los diabéticos actualmente pueden obtener dispositivos de monitorización continua de glucosa y bombas de insulina, con la diferencia de que ambos no están conectados entre sí.
Aunque el dispositivo de Medtronics se llama ‘páncreas artificial’, se parece más a un viejo localizador electrónico, que se engancha de una correa y se conecta a un sensor que los pacientes se insertan debajo de la piel. Su ventaja es que puede apagarse automáticamente el suministro de insulina si los niveles de glucosa del usuario caen demasiado, para evitar un coma diabético.
El dispositivo avisa al usuario en primer lugar, cuando el azúcar en la sangre desciende a niveles peligrosos, pero si éste no responde, se corta el suministro de insulina durante dos horas. El sensor también está considerado como el más exacto, aunque todavía no es tan preciso como uno podría esperar, ya que su tasa de falsas alarmas es del treinta y tres por ciento, de acuerdo con su fabricante.
El nombre de este dispositivo es 530G MiniMed y sus creadores esperan ponerlo a la venta en las próximas semanas.
