La intolerancia a los alimentos, también conocida como hipersensibilidad alimentaria no alérgica, se refiere a la dificultad en la digestión de determinados alimentos. Es importante señalar que la intolerancia alimentaria es diferente de la alergia alimentaria.
La alergia alimentaria activa el sistema inmune, mientras que la intolerancia a los alimentos no lo hace. Algunas personas sufren problemas digestivos después de comer ciertos alimentos, a pesar de que su sistema inmunitario no ha reaccionado (no hay respuesta de la histamina).
Los alimentos más frecuentemente asociados con la intolerancia alimentaria, son los productos lácteos, los cereales que contienen gluten y los alimentos que causan la acumulación de gases intestinales, como los frijoles y la col.
Puede ser difícil determinar si el paciente tiene intolerancia a los alimentos o alergia, porque a menudo los signos y síntomas se superponen.
Es importante recordar que cuando se trata de una alergia, incluso las pequeñas cantidades producen síntomas, como en el caso de los cacahuetes. Con la intolerancia a los alimentos, las pequeñas cantidades por lo general no tienen ningún efecto. Los médicos también pueden recurrir a probar los anticuerpos de inmunoglobulina E.
Actualmente el mejor tratamiento para la intolerancia alimentaria es evitar ciertos alimentos, o comerlos con menor frecuencia y en cantidades más pequeñas, así como tomar algunos suplementos que pueden ayudar a la digestión.
