Una nueva investigación realizada en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, sugiere que la introducción de un impuesto del veinte por ciento sobre las bebidas azucaradas podría ayudar en la batalla contra la obesidad.
Los investigadores estiman que el impuesto reduciría el número de adultos con obesidad al menos uno punto tres por ciento (ciento ochenta mil personas) y reduciría el número de personas con sobrepeso en cero punto nueve por ciento (doscientos ochenta y cinco mil personas).
Ya existe evidencia previa que vincule el consumo de bebidas endulzadas con la obesidad. Y de acuerdo con una encuesta nacional de nutrición, llevada a cabo entre el 2005 y el 2008, el cincuenta por ciento de la población de los Estados Unidos consume bebidas endulzadas en un día determinado de la semana.
La idea de un impuesto sobre las bebidas azucaradas es visto por muchos gobiernos y organizaciones de salud como una manera de reducir su consumo. De hecho, el equipo de investigación cree que este impuesto logrará que el público en general elija alternativas de bebidas más saludables.
Además, los investigadores estiman que el impuesto podría recaudar hasta doscientos setenta y seis millones de libras al año. Esto ayudaría a financiar los servicios nacionales de salud y fomentaría el subsidio de alimentos más benéficos, tales como frutas o verduras.
También sería importante tratar de caracterizar el efecto de cualquier tipo de publicidad negativa en torno a las bebidas endulzadas con azúcar derivados de un impuesto. Porque al final, la respuesta de la industria no está clara, ya que algunas han respondido a las restricciones con estrategias de mercado que sólo parecen ajustarse a lo que la ley busca prohibir.
Es importante recordar que a principios de este año, un estudio sugirió que las bebidas gaseosas pueden hacer que los niños sean más agresivos y distraídos.
