En un gran estudio publicado en el Diario Británico del Cáncer, los investigadores examinaron la asociación entre el consumo de frutos secos y el riesgo de cáncer de páncreas entre setenta y cinco mil seiscientos ochenta mujeres, todas sin antecedentes de cáncer.
El consumo de frutos secos, como las nueces de árboles (almendras, nueces de Brasil, anacardos, avellanas, nueces de macadamia, piñones, pistachos y nueces) se asoció inversamente con el riesgo de cáncer de páncreas, independientemente de otros factores de riesgo para este tipo de cáncer.
Las mujeres que consumieron una porción de veintiocho gramos de nueces, dos o más veces por semana, tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar cáncer de páncreas, en comparación con las que se abstenían en gran medida de consumirlas.
Esta reducción en el riesgo era independiente de los factores de riesgo establecidos o sospechosos para el cáncer de páncreas, como la edad, la estatura, la obesidad, la actividad física, el tabaquismo, la diabetes y los factores dietéticos.
El cáncer de páncreas es la cuarta causa más común de muerte por cáncer en los Estados Unidos, sin embargo, se han identificado muy pocos factores de riesgo modificables. De hecho, se creía que aparte de fumar cigarrillos, la grasa corporal era el único factor de riesgo modificable convincente para el cáncer de páncreas.
Si bien puede existir la preocupación de que el consumo frecuente de frutos secos puede dar lugar a un aumento de peso, parece ocurrir todo lo contrario, con un riesgo ligeramente menor de aumento de peso y obesidad. Este emocionante estudio proporciona una razón más para animar a la gente a comer un puñado de nueces de árbol todos los días.
