Existe una abrumadora cantidad de evidencia que sugiere que el aumento de la ingesta de frutas y verduras ricas en antioxidantes, reducen el cáncer y los riesgos de enfermedades cardiovasculares; entre ellas están las zanahorias.
El consumo de varios carotenoides en la dieta ha demostrado tener efectos contra el cáncer, debido a su poder antioxidante en la reducción de los radicales libres en el cuerpo.
Otras investigaciones han encontrado que los fumadores actuales, que no consumieron zanahorias, tenían un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón en comparación con los que comían zanahorias más de una vez por semana.
El consumo de beta-caroteno ha demostrado que tiene una relación inversa con el desarrollo de cáncer de colon en la población. El extracto de jugo de zanahoria también ha probado que elimina las células de leucemia e inhibe su progresión.
En los hombres más jóvenes, las dietas ricas en beta-caroteno pueden jugar un papel protector contra el cáncer de próstata. Sin mencionar que la deficiencia de vitamina A, hace que los segmentos externos de los fotorreceptores del ojo se deterioren, dañando la visión normal. Es por esto que corregir las deficiencia de vitamina A con alimentos ricos en beta-caroteno restaurará la visión.
No obstante, es poco probable que la mayoría de la gente experimente cambios positivos significativos en la visión por comer zanahorias, a menos que tengan una deficiencia de vitamina antes de consumirla. Esto último es muy común en los países en desarrollo.
Por último, los antioxidantes y fitoquímicos también pueden ayudar a regular el azúcar en la sangre, retrasar los efectos del envejecimiento y a mejorar la función del sistema inmunológico.
