Los pacientes que han sido resucitados después de sufrir un paro cardíaco súbito pueden tener mayor riesgo de sufrir muerte cerebral o un mal funcionamiento del cerebro si estos son deficientes de vitamina D. Esto de acuerdo con un estudio presentado en la reunión anual de la Asociación del Cuidado Cardiovascular Agudo en Ginebra Suiza.
Los niveles de vitamina D están determinados por un análisis de sangre de 25-hidroxivitamina D, los niveles son normales si son treinta a setenta y cuatro nanogramos por mililitro (ng/ml).
Dado que la mayoría de la vitamina D del cuerpo proviene del sol, la falta de exposición a la luz del sol es una causa importante de la deficiencia de vitamina D. Otras causas son las enfermedades en el hígado y los riñones, y la mala absorción de los alimentos.
El equipo de investigación analizó los niveles de vitamina D en cincuenta y tres pacientes inconscientes en el Hospital Cardiovascular de Cesantía en Seúl, Corea, que habían sido resucitados después de un paro cardíaco. De estos, cuarenta y uno habían recibido primeros auxilios y respiración cardiopulmonar.
Los investigadores evaluaron los resultados neurológicos de los pacientes seis meses después de ser dados de alta del hospital. Los resultados del análisis revelaron que el sesenta y cinco por ciento de los pacientes con deficiencia de vitamina D tenían un mal pronóstico neurológico seis meses después de haber sido dados de alta del hospital, en comparación con sólo el veintitrés por ciento que tenían niveles de vitamina D en el rango normal.
La investigación sugiere que la deficiencia de vitamina D debe evitarse, especialmente en personas con un alto riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino. Por ejemplo si se tienen antecedentes personales o familiares de enfermedades del corazón. Es necesario un ensayo clínico para determinar si los suplementos de vitamina D podrían reducir el riesgo de paro cardíaco en pacientes de alto riesgo.
