En un ultra-moderno laboratorio de bioconfinamiento de nivel cuatro, de alta seguridad, en Hamilton, Montana, un grupo de científicos que trabajan con ratones infectados de ébola ha descubierto que los genes del huésped pueden desempeñar un papel importante para decidir si la infección por el virus es fatal o no. Dicho de otro modo, sus hallazgos sugieren que en algunas personas, a causa de sus genes, el virus desencadena reacciones que ayudan a limitar los daños de la infección.
En un informe en la revista Science, el equipo espera que las nuevas cepas de ratones desarrollados para estudiar cómo los genes receptores reaccionan al ébola en el laboratorio, acelere el desarrollo de medicamentos y vacunas.
Tres centros de investigación colaboraron en el proyecto: la Universidad de Washington en Seattle, el Instituto Nacional de Laboratorios de las Montañas Rocosas de Montana y la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
Después de estudiar ratones con diferentes características genéticas, el equipo encontró que la gravedad de la infección del Ébola y las tasas de muerte parecían alinearse con los patrones de genes específicos.
Estudios anteriores de personas con ébola, revelaron que la diversidad de las reacciones no se debe necesariamente al virus en sí, pero sí a los factores del huésped: algunos sujetos resisten por completo la infección, otros tienen una leve reacción a moderada, mientras que los que son más susceptibles a sucumbir sufren de sangrado, insuficiencia de órganos y choque.
Tomaron un grupo genéticamente diverso de ratones consanguíneos que se habían desarrollado para estudiar los genes involucrados en la gripe y los utilizaron para cultivar cepas que replicaran las características principales de la fiebre hemorrágica humana del ébola.
Todos los ratones perdieron peso en los primeros días de la infección, el diecinueve por ciento de ellos no fueron severamente afectados por el virus, no sólo sobrevivieron, repusieron su peso después de dos semanas. Este pequeño grupo no mostró signos físicos graves debido a la enfermedad; y los autores señalaron que sus hígados se veían normales.
Mientras tanto, otro once por ciento mostró una resistencia parcial al ébola, menos de la mitad de este grupo murió, y el setenta por ciento restante mostró reacciones graves y más de la mitad de ellos murieron.
Cuando se analizaron los diversos planos de composición genética en estos grupos de ratones, el equipo encontró la gravedad de la infección del Ébola y las tasas de muerte que parecían alinearse con los patrones de genes específicos.
Aunque aún falta realizar estudios posteriores, los científicos creen que éste podría ser un gran avance para entender cómo se desarrolla el ébola y cómo lidiar con una infección de tal magnitud como la que está afectando al este de África.
