Un estudio realizado por el Centro de Envejecimiento Saludable de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y el Instituto Nacional de Salud, revela que el envejecimiento cerebral en ratones, puede retrasarse si estos consumen una dieta alta en grasas.
A pesar de que las células humanas tienen un sistema para la reparación de daños en el ADN, esta función de reparación se descompone a medida que envejecemos. Por ende el cerebro pierde parte de su capacidad intelectual, y el riesgo de Parkinson y Alzheimer aumenta.
El estudio es una buena noticia para los niños con síndrome de Cockayne -un trastorno de envejecimiento prematuro que resulta en la muerte a la edad de diez o doce años- ya que actualmente no hay un tratamiento efectivo. El estudio sugiere que una dieta alta en grasas puede retrasar los procesos de envejecimiento.
El nuevo estudio utiliza un ratón modificado para simular los síntomas del síndrome de Cockayne, con el fin de investigar los defectos en el sistema de reparación del ADN. Los investigadores explican que el azúcar y “las cetonas” son fuentes de energía, de las cuales nuestro cerebro requiere un suministro constante. Cuando el azúcar en la sangre es baja, las cetonas son producidas por el cuerpo para descomponer la grasa.
Los investigadores encontraron que los ratones con síndrome de Cockayne, se vieron beneficiados al tener un suministro adicional de combustible cerebral similar, proporcionado en forma de ácidos grasos de cadena media provenientes del aceite de coco.
Aunque se necesitan estudios adicionales para llegar a ver resultados reales en un futuro. Los investigadores esperan que este sea el primer paso para desarrollar nuevos tratamientos que ayuden a combatir padecimientos relacionados con el envejecimiento cerebral.
