Un nuevo estudio realizado por la Fundación Nacional del Riñón, en Estados Unidos, concluyó que mantenerse bien hidratado es una forma efectiva para reducir la probabilidad de formación de cálculos renales.
Fueron los médicos de la Clínica Mayo, quienes encontraron que las personas que producen de dos a dos y medio litros de orina, reducen el riesgo de formación de cálculos renales en aproximadamente un cincuenta por ciento, en comparación con aquellas personas que producen menos. Esto corresponde con un consumo aproximado de ocho o diez vasos de agua al día. Vale la pena mencionar que entre los participantes que habían experimentado previamente cálculos renales, la reducción del riesgo fue aún mayor.
Beber muchos líquidos mantiene los desechos de la orina menos concentrados y esto hace que la formación de minerales y piedras sea menor, evitando que logren asentarse en el tracto urinario.
Para el estudio, los investigadores realizaron un meta-análisis de doscientos setenta y tres mil novecientos cincuenta y cuatro pacientes de nueve estudios diferentes, de los cuales quinientos cincuenta y ocho habían experimentado previamente cálculos renales.
Este análisis mostró que el agua potable es una forma efectiva de reducir a la mitad el riesgo personal de desarrollar cálculos renales. Los cálculos renales causan molestias además de contribuir potencialmente al desarrollo de enfermedades renales, por lo que la confirmación de la reducción del riesgo a través de la mejora de la hidratación es un hallazgo importante.
