Los investigadores de la Universidad de Montana tienen una buena noticia para los atletas de resistencia, que ruegan por comer una hamburguesa y papas fritas después de una intensa sesión de ejercicios.
El estudio, publicado recientemente por la Revista Internacional de Nutrición Deportiva y Metabolismo Durante el Ejercicio, encontró que no hubo diferencias significativas en la recuperación del glucógeno cuando los ciclistas consumieron comida rápida después de un entrenamiento ni cuando ingirieron suplementos deportivos tradicionales, como bebidas rehidratantes o barras energéticas.
Durante el estudio, once ciclistas varones completaron dos ensayos experimentales en orden aleatorio. Cada ensayo incluía un paseo de noventa minutos para agotar el glucógeno, seguido de un período de recuperación de cuatro horas. Los investigadores ofrecieron a los participantes ya sea suplementos deportivos o comida rápida: como hamburguesas, papas fritas y croquetas de papa. Después de un periodo de recuperación de cuatro horas, los participantes completaron una prueba contrarreloj de doce punto cuatro millas (unos veinte kilómetros aproximadamente).
Los investigadores analizaron biopsias musculares y muestras de sangre tomadas entre los dos paseos y no encontraron diferencias en la glucemia y respuestas a la insulina. Sin mencionar que las tasas de recuperación de glucógeno a partir de las tomas no fueron diferentes entre las dietas. Lo más importante es que no hubo diferencias en el rendimiento en pruebas entre las dos dietas.
Según los investigadores, sus resultados muestran que el consumo de comida rápida en las cantidades correctas, puede proporcionar el mismo potencial de glucógeno muscular, como los productos de nutrición deportiva que por lo general cuestan más.
