Un estudio de la Universidad de Calgary ha descubierto que las ratas alimentadas con un suplemento de fibra, mostraron un aumento de peso mucho menor que el grupo de prueba que no consumió fibra. Esto a pesar estar sometidas a una dieta alta en grasas y azúcares.
Los datos muestran que una intervención dietética simple, con una fibra prebiótica oligofructosa (una fibra dietética natural que se encuentra en las verduras como la cebolla y otros alimentos como el plátano), redujo el aumento de peso, algo que también puede conducir a mantener un peso bajo a largo plazo.
A pesar de consumir constantemente alimentos altos en grasa y azúcar, las ratas tratadas con fibra oligofructosa suplementaria ganaron alrededor de un tercio menos peso que el grupo de control. El efecto se observó independientemente de la predisposición genética de los animales a la obesidad, es decir si las ratas eran más propensas a engordar o a mantenerse delgadas.
En el intestino hay billones de bacterias que colectivamente forman lo que se conoce como nuestra microbiota. Estas ayudan en todo: desde la digestión de los alimentos hasta la protección contra microorganismos dañinos. Ahora bien, se cree que la oligofructosa ayuda a controlar el aumento de peso al afectar la composición de la microbiota y algunas de las hormonas intestinales que controlan la ingesta de alimentos.
Durante un estudio realizado en 2009, los adultos que recibieron suplementos de oligofructosa, perdieron en promedio un kilogramo durante un período de doce semanas y aún más importante, no continuaron aumentando de peso.
Los científicos concluyen que la oligofructosa no debe ser vista como una alternativa potencial al ejercicio y la dieta. Que tienen muchos otros beneficios para la salud además de la reducción de peso; en su lugar debemos ver a la fibra como una de las muchas herramientas posibles en la lucha contra el creciente problema de la obesidad.
