A menudo se les recomienda a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, no consumir alimentos de soya o suplementos a base de soya, ya que pueden interferir con el tratamiento anti-estrógenos. Pero un nueva investigación presentada en la Reunión Anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, podría llegar a afectar ese consejo, porque en los animales, el comer alimentos de soya aumenta la respuesta inmune contra los tumores de mama, lo que reduce la recurrencia del cáncer.
El estudio, realizado en el Centro Integral del Cáncer Lombardi de Georgetown, podría ofrecer una buena noticia para algunas mujeres cuya dieta ha contenido mucha soya.
La noción de que la soya, específicamente la genisteína (una isoflavona), puede estimular el crecimiento de células de cáncer de mama y perturbar el tratamiento anti-estrógeno, se ha basado en estudios en ratones que no tienen células inmunes conocidas como células T citotóxicas, las cuales atacan el cáncer de mama. Esto llevó a los oncólogos a aconsejar a sus pacientes con cáncer de mama no comer alimentos de soya.
De hecho, un estudio confirmó que las ratas que consumieron genisteína durante toda su vida, respondieron mejor al tratamiento anti-estrógeno que aquellas que no, y también tenían un menor riesgo de recurrencia de cáncer. La genisteína, que se encuentra en la soya, las habas y la leche de soya; entre otros alimentos de soya, tiene muchos efectos biológicos que pueden reducir el riesgo de cáncer. Sin embargo, la genisteína también activa los receptores de estrógenos humanos, imitando al estrógeno, lo cual puede hacer que las células cancerosas existentes crezcan.
En este estudio, los investigadores estudiaron si sus hallazgos previos podrían explicarse por cambios en las respuestas inmunes a tumores. Mientras que las células T pueden atacar a las células tumorales, otras células inmunes pueden deshabilitar la capacidad de estas células T para reconocer que los tumores están presentes, lo que permite al cáncer de mama crecer sin control por el sistema inmune.
Los resultados sugieren que la capacidad de la genisteína para activar la respuesta inmune anti-tumoral y reducir la expresión de mecanismos inmunosupresores, puede explicar por qué la ingesta de genisteína de por vida en las ratas, redujo el riesgo de recurrencia del cáncer de mama. Pero es crítico que la genisteína se consuma mucho antes de que el tumor se desarrolle para que exista una buena respuesta inmune. Esto podría abrir las puertas a desarrollar nuevos tratamientos para prevenir el cáncer de mama.
