Los dientes podrían revelar información para prevenir enfermedades neurodegenerativas

Dientes enfermedades neurodegenerativas
De acuerdo con un nuevo artículo realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí y la Universidad de Tecnología de Sydney y el Instituto Florey de Neurociencias y Salud Mental en Australia, es posible que un exceso de hierro en las fórmulas infantiles, pueda aumentar potencialmente el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson en la edad adulta, y los dientes pueden ser la ventana hacia el pasado que podría brindarles la información necesaria.

Dicho de otro modo, los dientes son de particular interés para los científicos, en la medición de la exposición a sustancias químicas durante el desarrollo fetal y la infancia; es decir, proporcionan un registro cronológico de la exposición de su composición microquímica, en relación a las líneas de crecimiento definidas, al igual que los anillos en el tronco de un árbol.

Los científicos utilizan esta técnica para distinguir a los bebés alimentados con leche materna de los bebés alimentados con fórmula. Ahora esta tecnología se puede aplicar para estudiar la relación entre la exposición temprana de hierro y las enfermedades cerebrales que se pudiesen presentar más adelante como el Parkinson y el Alzheimer, que están asociados con el procesamiento anormal de hierro. Si bien no todos los bebés alimentados con fórmula experimentarán la neurodegeneración en la edad adulta, la combinación de un aumento de la ingesta de hierro durante la infancia con una predisposición al metabolismo del hierro, con problemas tales como la incapacidad de las células del cerebro para eliminar los metales excesivos, puede dañar las células a través del tiempo.

Más allá de la hipótesis de que los suplementos de hierro pueden aumentar el riesgo de neurodegeneración, los autores creen que una de las prioridades en la investigación pediátrica, debe ser la determinación rigurosa de las necesidades de administración de suplementos de hierro a los lactantes, de acuerdo a sus necesidades individuales. Los fabricantes de fórmulas lácteas tienen la responsabilidad de reproducir una composición química de la leche materna, especialmente en relación con el contenido de hierro. Si esta hipótesis resulta ser cierta o no, pone en duda décadas de un dogma terapéutico que merece ser revisado con la tecnología más vanguardista disponible.

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