A medida que la población mundial se acercará a los nueve mil millones de personas (entre el 2030 y el 2050) y el acceso regular a los alimentos se volverá más difícil, es necesario replantear la política de seguridad alimentaria, que debe avanzar hacia un paisaje mucho más amplio. De lo contrario, existirá inseguridad alimentaria para una fracción de las comunidades, esto de acuerdo a un informe de previsión del Centro Común de Investigación (JRC por sus siglas en inglés).
Debido a una creciente población, el cambio climático limita la expansión de las tierras agrícolas y el aumento de la demanda de alimentos. Por esta y otras razones, lograr la seguridad alimentaria mundial será uno de los retos más importantes en los próximos años. Tradicionalmente, el debate sobre la seguridad alimentaria se ha centrado en la producción y los aspectos agrícolas, así como el hambre, la pobreza y los aspectos humanitarios. En cambio con este estudio de prospectiva, el JRC propone ir más allá y avanzar hacia un enfoque más integral y sistémico que explore esta compleja cuestión.
La previsión del JRC sobre la seguridad alimentaria mundial reunió a la Comisión Europea, expertos externos y partes interesadas, para desarrollar un plan que garantice la seguridad alimentaria en 2030. El enfoque prevé una reducción significativa en el número relativo de personas desnutridas. La seguridad alimentaria estará garantizada sobre una base sostenible a través de cuatro procesos: una amplia transformación de los sistemas de producción agrícola a través de la inversión, la investigación y la formación; la transformación rural adecuada, a través del equilibrio de la producción y el consumo en los sistemas alimentarios entre los niveles local, regional y mundial, y por último, el avance hacia un sistema alimentario basado en la demanda, con un comportamiento responsable por parte de los consumidores.
