La obesidad es un problema creciente de salud en los Estados Unidos y afecta a más de un tercio de los adultos en ese país. Pero de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista Obesidad y realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, la pérdida de peso no tiene por qué ser una tarea gigantesca; simplemente beber quinientos mililitros de agua treinta minutos antes de cada comida puede ayudar.
Está bien establecido que el agua es esencial para nuestra salud. Se deshace de las toxinas del cuerpo, transporta nutrientes y oxígeno a las células, lubrica las articulaciones, regula la temperatura del cuerpo y protege los órganos y tejidos del cuerpo, entre otras funciones.
Tomar agua antes de la hora de comer llevó a una pérdida de peso uno punto tres kilos mayor en un periodo de doce semanas. Ochenta y cuatro adultos obesos fueron reclutados para el estudio y se les asignó al azar a uno de dos grupos. Un grupo fue obligado a consumir 500 ml de agua del grifo treinta minutos antes del desayuno, el almuerzo y la cena todos los días durante doce semanas. Además, se les pidió que imaginaran su estómago lleno antes de cada comida, mientras que los participantes restantes fueron el grupo de control.
Esto podría significar que el beber agua aumenta la tasa del metabolismo momentáneamente o que simplemente el beber agua crea una sensación de saciedad y por ende las personas prefieren comer menos. Aunque aún falta realizar una investigación, los resultados parecen optimistas para la creación de nuevos planes para atacar la obesidad.
