Los aceites de pescado provienen específicamente del tejido de pescado graso, como la trucha, la caballa, el atún, el arenque, las sardinas y el salmón.
El aceite de pescado es de interés para los nutriólogos y profesionales de la salud, a causa de dos ingredientes principales: El DHA (ácido docosahexanoico) y el EPA (ácido eicosapentanoico). Los dos tipos de ácidos grasos omega 3.
Aunque la cifra puede variar, los filetes de pescado graso contienen hasta un treinta por ciento de aceite. El pescado blanco por otro lado, sólo contiene altas concentraciones de aceite en el hígado; pero en menor cantidad comparado con los pescados grasos.
Además de los ácidos grasos omega 3, el pescado grasos también es una fuente de vitamina A y D. Y a pesar de que el pescado blanco también contiene estos nutrientes, se encuentran en concentraciones mucho más bajas.
Los expertos en salud y nutrición, suelen recomendar el consumo de pescados grasos a las personas. Sin embargo, sus recomendaciones nunca han sido convincentemente demostradas en estudios de población de gran tamaño. No obstante, muchas autoridades sanitarias alrededor del mundo, aconsejan a las personas consumir, ya sea pescado graso en grandes cantidades o tomar suplementos debido a sus supuestos efectos benéficos en la salud.
Vale la pena resaltar que los estudios en los últimos diez años, han producido resultados mixtos con respecto a los beneficios de la ingesta dietética de los aceites de pescado.
