Es bien sabido que el consumo de café por la noche, es capaz de mantenernos despiertos. Pero los científicos del Laboratorio de Investigación de Biología Molecular en el Reino Unido, hicieron un descubrimiento que puede contener la clave de cómo el consumo de cafeína afecta nuestro reloj biológico.
El reloj del cuerpo o ritmo circadiano, opera en cada célula de nuestro cuerpo, encendiendo y apagando genes por intervalos y en diferentes momentos. Esto nos permite adaptarnos al ciclo externo de la noche y el día. Por ejemplo, con la melatonina, una hormona que hace que la gente se sienta con sueño y se libera sólo ante ciertos estímulos, como la ausencia de luz.
La interrupción de este ritmo, a través del trabajo por turnos, el jet lag o los trastornos de sueño, pueden conducir a una serie de condiciones de sueño, con efectos en cadena, como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, enfermedad de Alzheimer y ciertas condiciones psiquiátricas.
Ahora bien, parece que beber el equivalente de un expresso doble, tres horas antes de ir a dormir, puede volver atrás el reloj, por una hora, al retrasar el aumento en el nivel de la hormona melatonina.
El hallazgo podría tener implicaciones importantes para una amplia gama de condiciones de sueño, en un momento en que más del veinticinco por ciento de la población de Estados Unidos no está durmiendo lo suficiente, mientras que casi el diez por ciento de ellos, experimenta insomnio crónico.
Después de realizar estudios en un grupo de personas, los resultados mostraron que la cafeína actúa directamente sobre los receptores de adenosina, que se encuentran en todas las células. De esta manera, aumenta los niveles de monofosfato cíclico de adenosina; una importante molécula que hace las veces de mensajero intracelular.
Estos resultados tienen implicaciones importantes para las personas con trastornos circadianos de sueño, en los que su reloj biológico de 24 horas, no funciona correctamente.
