De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio realizado por la Universidad de Chicago, los hijos de padres religiosos son menos propensos a ser generosos, en comparación con los hijos de familias no religiosas.
El estudio, que analizó a más de mil cien niños, reveló que aquellos que crecieron en un hogar religioso, eran menos propensos a compartir con los niños desconocidos en la escuela; a diferencia de los niños de hogares no religiosos. De hecho, los investigadores también encontraron que la generosidad de los niños no religiosos aumentaba con la edad.
Los científicos dicen que sus hallazgos, desafían la noción generalizada de que las personas religiosas hacen más bien que las personas no religiosas. Este punto de vista se encuentra tan profundamente arraigado, que las personas no religiosas pueden llegar a considerarse como moralmente sospechosas. Por ejemplo, en Estados Unidos, los individuos no religiosos, tienen pocas posibilidades de ser elegidos para un alto cargo político y los que se identifican como agnósticos y ateos, se consideran menos fiables y con más posibilidades de ser amorales o inmorales.
Tomando estos aspectos en cuenta, los investigadores admiten que generalmente la religión da forma a los juicios morales de las personas y el comportamiento prosocial, pero la relación entre la religiosidad y la moral es en realidad discutible y no siempre es positiva.
El equipo de investigación cree que el presente estudio, podría poner en duda si la religión es vital para el desarrollo de la moral y apoyar la idea de que la secularización del discurso moral no reducirá la bondad humana, de hecho, podría hacer justo lo contrario.
