A continuación se mencionan algunos de los posibles beneficios de la miel en nuestra salud:
Alivio durante el resfriado y la tos: La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría recomiendan la miel como un remedio natural para la tos.
Un estudio realizado por el Colegio de Medicina de la Universidad de Pensilvania sugiere que la miel reduce la tos nocturna y mejora la calidad del sueño en los niños con infección respiratoria superior, mejor que el dextrometorfano (un medicamento para la tos) o la falta de tratamiento.
Agente antibacteriano: La miel contiene la proteína defensina-1, que tiene la capacidad de matar bacterias. La miel natural, sin pasteurizar, puede ser utilizada como agente tópico para heridas, pero no debe ser usado en lugar de un agente tópico prescrito.
Alivio contra la acidez estomacal: La miel puede ser eficaz en el tratamiento de la acidez estomacal, según una investigación publicada por el Diario Británico de Medicina. Los investigadores han sugerido que esto puede ser debido a la viscosidad de la miel, que recubre el tracto gastroesofágico superior, previniendo que el ácido del estómago se eleve.
Suplemento alimenticio: Cuando tratemos de incorporar la miel a nuestra dieta, lo más aconsejable es experimentar. Después de todo, podemos sustituir la miel por el azúcar en muchos de estos casos:
– Usar la miel para endulzar aderezos o adobos
– Revolver la miel con té o café
– Verter un poco de miel sobre el pan tostado o los hot cakes
– Mezclar la miel con yogur, cereal o avena para que sea un edulcorante más natural
– Extender la miel natural sobre el pan integral y cubrirlo con mantequilla de cacahuate
Entre muchos otros usos similares.
