El aceite de coco podría ayudar a combatir las infecciones por ‘Candida albicans’

Aceite coco candida
La Candida albicans forma parte del microbioma intestinal de los seres humanos y animales, sin embargo, cuando el hongo se sale de equilibrio en el cuerpo, puede causar una infección. Aunque existen tratamientos antimicóticos, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Tufts en Massachusetts, sugiere que el aceite de coco puede ser un tratamiento efectivo.

Los investigadores explicaron que en las personas con sistemas inmunes comprometidos -tales como los pacientes con cáncer, pacientes trasplantados, los bebés prematuros y a veces los adultos mayores- la candida albicans puede dejar el intestino y entrar en el torrente sanguíneo, donde puede causar infecciones mortales, que afectan a los riñones, el hígado, el bazo, los pulmones, el cerebro y las válvulas cardíacas.

Ellos también señalaron que casi la mitad de los pacientes con infección por c. albicans sistémica, morirán por esta causa. Y en los pacientes hospitalizados, la candida es una de las infecciones más comunes del torrente sanguíneo.

Aunque la primera opción para tratar estas infecciones son los medicamentos antimicóticos, esto puede contribuir a la aparición de cepas resistentes a los fármacos, por lo que los médicos son cautelosos acerca de su uso.

Una serie de investigaciones previas, realizadas in vitro, demostraron que el aceite de coco tiene propiedades antifúngicas; porque los cambios en la cantidad y el tipo de grasa pueden alterar la microbiota gastrointestinal. Por esta razón los investigadores crearon un experimento con ratones, en el que se alimentó a un grupo con sebo vacuno y a otro con aceite de coco.

Los ratones fueron alimentados con esta dieta durante catorce días, antes de que fueran inoculados con candida albicans. Después de veintiún días, los ratones alimentados con aceite de coco, tenían una colonización hasta diez veces menor de c. albicans en sus estómagos. En comparación con los ratones alimentados con sebo vacuno. Por eso sus conclusiones los han llevado a pensar que la dieta puede ser una forma efectiva de reducir la cantidad de c. albicans en el sistema. A pesar de esto, todavía es necesario conocer el mecanismo detrás de estos efectos, para que los estudios puedan ser replicados en seres humanos.

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