Un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Noruega, sugiere que una dosis de testosterona podría ayudar a las mujeres a orientarse mejor.
Esta investigación también pone de relieve las diferentes áreas del cerebro, utilizadas por hombres y mujeres en las tareas de orientación y para hallar caminos.
Estudios anteriores han demostrado que en tareas espaciales específicas, los hombres se desempeñan mejor que las mujeres. Pero no estaba claro el papel que las hormonas juegan en el condicionamiento cultural y otros factores.
Durante el presente estudio, los científicos reclutaron a dieciocho hombres y dieciocho mujeres, a quienes les proporcionaron un par de gafas de tercera dimensión y un mando de videojuegos, para que se orientaran en un gran laberinto virtual, mientras su cerebro era monitoreado constantemente, usando imágenes de resonancia magnética.
Antes de la sesión de exploración, todos los participantes tuvieron una hora para aprender el trazado del laberinto. También realizaron cuarenta y cinco tareas de navegación; por ejemplo, donde debían encontrar un auto amarillo desde diferentes puntos de partida.
Los escáneres revelaron que los hombres tomaron atajos, se orientaron más con las direcciones cardinales y usaron una parte diferente del cerebro, en comparación con las mujeres. Lo que sugiere que las mujeres y los hombres tienen diferentes estrategias de navegación, donde los hombres utilizan las direcciones cardinales en un grado mayor.
El estudio mostró que el uso de los puntos cardinales es más eficiente, ya que representa una estrategia más flexible. Dicho de otro modo, el destino puede alcanzarse más fácilmente, porque la estrategia no depende tanto de dónde empezar. Además, los hombres usan más el hipocampo, mientras que las mujeres usan las áreas frontales del cerebro. Lo que ilustra el papel desempeñado por el hipocampo en el uso de los puntos cardinales.
Una posible explicación para estas diferencias, es el hecho de que los hombres en la antigüedad, eran cazadores; mientras que las mujeres eran recolectoras. Esto pudo hacer que sus cerebros evolucionaran de manera distinta.
Los científicos esperan tener un mejor conocimiento, sobre cómo los hombres y las mujeres utilizan diferentes áreas del cerebro y la influencia que tienen las hormonas para resolver estas tareas, y el papel que juegan en la protección de ciertas enfermedades. Después de todo, las enfermedades relacionadas con el cerebro, a menudo difieren entre hombres y mujeres, ya sea en la prevalencia o la gravedad, lo que sugiere que algo está protegiendo o perjudicando a las personas de un sexo en específico.
