Un grupo de investigadores de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, encontró que los hábitos de vida y los factores ambientales representan alrededor del setenta y el noventa por ciento de las causas en los casos de cáncer.
Esto contradice otros estudios, que sugieren que la mayoría de los casos de cáncer se reducen a la “mala suerte”.
Para explicarlo de otro modo, los científicos no habían llevado a cabo un análisis alternativo para determinar el grado en que los factores de riesgo externo contribuyen al desarrollo de cáncer. Por eso, el presente estudio proporciona ese análisis alternativo mediante la aplicación de diferentes enfoques analíticos.
Uno de los enfoques fue un análisis de la renovación celular de tejidos, que implicó una evaluación de la relación cuantitativa entre el riesgo de por vida de ciertos cánceres -como el de páncreas, de pulmón y el colorrectal- y la división normal de células madre en los tejidos.
Los investigadores explican que si los factores intrínsecos de riesgo (los procesos que dan lugar a mutaciones de ADN al azar) jugaron un papel clave en el desarrollo del cáncer, entonces el número total de divisiones en las células madre de tejidos se correlaciona con el riesgo de desarrollar cáncer. Sin embargo, se encontró que este patrón era raro, ya que los factores intrínsecos representaban sólo el diez al treinta por ciento de los casos de cáncer. Es decir, los factores intrínsecos no juegan un papel importante causal.
En adición, los investigadores encontraron una fuerte evidencia epidemiológica que apoyaba la alta contribución de factores extrínsecos para el desarrollo del cáncer. Por ejemplo, un análisis de los inmigrantes que se trasladaron desde un país con baja incidencia de cáncer, a los que tienen una alta incidencia de cáncer, reveló que estos individuos, rápidamente adquirieron un mayor riesgo de cáncer, lo que sugiere que los factores extrínsecos son los culpables.
Al final, el equipo concluyó que las personas no pueden esconderse detrás del argumento de la “mala suerte”, ya que el estilo de vida de un fumador por ejemplo, añade una pila de probabilidades en contra de ellos. Y desde un punto de vista sanitario, lo mejor es mantener un estilo de vida más saludable, para reducir las tasas de cáncer.
