Un grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, descubrió que los bajos niveles de anticuerpos en la saliva parecen indicar un mayor riesgo de mortalidad y podrían ser una señal de alerta temprana.
Los glóbulos blancos secretan inmunoglobulinas o anticuerpos. Estas proteínas son esenciales para la lucha contra las enfermedades infecciosas. Circulan en el cuerpo, etiquetan, destruyen y/o neutralizan las bacterias, virus y otros materiales nocivos o ajenos. Y lo hacen recubriendo los materiales extraños, clasificándolos entonces, para su destrucción o neutralización.
La inmunoglobulina A, es secretada en las superficies mucosas, tales como la boca, la nariz y el tracto gastrointestinal, y se puede medir en la saliva.
Esta inmunoglobulina es la primera línea de defensa contra la infección en estas superficies, donde se impide la colonización por microbios. Defiende contra las infecciones virales y bacterianas del tracto respiratorio superior, tales como los resfriados y la gripe.
A pesar de esto, la relación entre la inmunoglobulina A y la salud es compleja, pero sorprendente. Por ejemplo, en el caso de la salud oral, ya que los niveles más bajos de inmunoglobulina A secretora parecen ser un marcador de riesgo para la caries dental y la caries, mientras que los niveles elevados están asociados con las infecciones orales en curso.
Después de un estudio, donde se examinaron las relaciones entre la inmunoglobulina A secretora en la saliva y la mortalidad de la población en general. Al final, descubrieron que un índice de secreción bajo, indica una mayor mortalidad. Además, los análisis posteriores revelaron una asociación subyacente con la mortalidad por cáncer y en particular, con cánceres no pulmonares.
Una de las ventajas de analizar la saliva en busca de posibles enfermedades, es que las muestras de saliva es menos invasiva que la toma de muestras de sangre. Sin embargo, los investigadores todavía tienen que determinar qué tipo de secreción se consideraría el nivel de umbral, antes de convertirse en una causa de preocupación.
El equipo espera seguir con un estudio longitudinal más grande, para investigar el vínculo con las enfermedades infecciosas y la progresión del desarrollo de enfermedades. Esto podría proporcionar una mayor comprensión de los mecanismos que subyacen a la asociación que se encuentra en el estudio.
