La industria del café desempeña un papel importante en la economía global. También tiene un impacto significativo en el medio ambiente, ya que dicha producción conlleva más de dos millones de toneladas de subproductos de café al año. La cáscara del café por lo general se elimina durante el procesamiento. Mientras que los restos de café molido se desechan directamente.
Tradicionalmente se ha asumido que estos subproductos: los restos de café y la cáscara del café, tienen pocos usos prácticos y aplicaciones. Los restos del café se emplean a veces como exfoliantes caseros para la piel o como productos de limpieza abrasivos. También en algunos casos se adhieren a la composta para fertilizar ciertas plantas. Pero aparte de estas aplicaciones limitadas, los subproductos del café son considerados prácticamente inútiles. Por ende, toneladas de residuos son arrojados a los vertederos de todo el mundo y tienen un efecto en cadena sobre el medio ambiente.
Sin embargo, un equipo de investigación de la Universidad de Granada se propuso determinar el grado en que estos subproductos pueden ser reciclados con fines nutricionales, lo que reduce la cantidad de residuos que se generan y beneficia a los productores de café, empresas de reciclaje, el sector de la salud y los consumidores.
Los investigadores demostraron las poderosas propiedades antioxidantes y antimicrobianas de los residuos de café y su cáscara, que son muy ricos en fibra y fenoles. De hecho, sus resultados indican que los efectos antioxidantes de estos residuos son quinientos veces mayores que los de la vitamina C y podrían emplearse para crear alimentos funcionales con beneficios para la salud.
Por otra parte, los científicos también señalan que estos residuos contienen altos niveles de melanoidinas, que se producen durante el proceso de tostado del café y le dan su color marrón. Las propiedades biológicas de estas melanoidinas podrían ser aprovechadas para una gama de aplicaciones prácticas, tales como la prevención del crecimiento patógenos nocivos en los productos alimenticios.
Los investigadores concluyen que los subproductos procesados del café podrían ser reciclados como fuentes de nuevos ingredientes alimenticios. Esto también disminuiría en gran medida el impacto ambiental que estos generan.
